En las circunstancias en que el partido finalizó, dando un pase milagroso al repechaje a la única selección que solo cuando pierde gana (gracias a la victoria de Estados Unidos sobre Panamá en los últimos minutos) cualquier comentario fuera de lugar o que fuera tomado como tal podía despertar al kraken que cada aficionado lleva dentro para olvidarse de que, quienes perdieron fueron 11 individuos vestidos de verde que dejaron todo en la cancha… pero de sus respectivos clubes, porque al hexagonal se les olvidó llevárselo.
Una de esas personas fue el expresidente Felipe Calderón, quien como siempre presente en los mejores momentos de la vida nacional y en una ocurrencia o ejercicio convenenciero de memoria lanzó el siguiente mensaje a través de su cuenta de Twitter:
Queriéndose montar en esa ola de críticas hacia la escuadra azteca hizo evidente lo que ya todos sabemos. Que las selecciones menores desde hace mucho tiempo tienen mucho mejores resultados que los obtenidos por aquella a la que se le invierten millones de dólares.
Ojalá todo hubiera quedado ahí, pero con un político más vale leer entre líneas, porque como dijera un clásico, lo que quiso decir, o lo que pareciera que quiso decir (o lo que una gran mayoría quiso entender) es que sin Felipe Calderón como presidente de México la selección no gana. O lo que es lo mismo, nomás cambiamos de técnico en el Ejecutivo y las cosas no empiezan a cuadrar y las derrotas empiezan a llegar.
Por supuesto que su comentario fue el pretexto perfecto sacar todos ‘los pendientes’ que la gente trae contra él y demás cosas en las que no sale muy bien parado (aparte de reclamarle que se cuelgue medallitas ajenas), como las García Luna Productions, la guerra contra el narco y el número de muertos, entre otras muchas cosas.
Un tuit del periodista Carlos Puig resumió lo que provocó Felipe Calderón en una noche de catarsis colectiva:








