La semana pasada tuve la oportunidad de participar con un grupo de alumnos de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Autónoma de Coahuila Unidad Saltillo. Estos jóvenes decidieron integrarse, fuera de las actividades curriculares, para constituir un Foro de Debate y argumentación. En la charla presenté el libro “El Manual del Ciudadano Contemporáneo” de Ikram Antaki. Sobre el tema de la argumentación, la erudita Ikram apunta que el arte de argumentar se adquiere y es la mejor escuela de la democracia.La primera parte del libro lo desarrolla de la siguiente manera. Nos dice que el hombre creó la Razón, que ésta nació de la necesidad política y que fue inventada en Grecia en el siglo V a.C. Luego desarrolló la Astucia; esto es, la inteligencia práctica, la que enfrenta obstáculos que hay que dominar, y que es una cualidad más flexible, menos rigurosa que la razón, que es una de las múltiples formas de la inteligencia y del pensamiento: compleja, previsora, sagaz, flexible, atenta, vigilante; tiene sentido de la oportunidad, es hábil y se nutre de la experiencia.Luego, con la Razón y la Astucia instauró la Paz para convivir. No hay vida sin paz. Porque los humanos estamos más hechos para el conflicto, tenemos necesidad de decretar la paz, ella no es innata a nosotros, por ello hubo necesidad de que implantaran el derecho para asegurarla. El Derecho es el único modo que nos hemos dado para garantizar la paz social y la seguridad individual. El derecho no resulta de la naturaleza, sino del consentimiento del hombre. Después, en el tránsito de desarrollar la sociedad, los hombres pusieron la Autoridad para que aplicara el Derecho e instalaron el Estado para gobernar y, como consecuencia, nació la República.La razón, la astucia, la paz, el derecho, la autoridad, el Estado y la República requirieron del Civismo, que es la parte fundamental que cohesiona a toda la sociedad. El civismo es una actitud de adhesión que valora los aspectos del interés general, moviliza la capacidad de participación, de contribución, de reciprocidad de las personas.El civismo de nuestros abuelos se enunciaba así: dignidad, tolerancia, laicidad. Descansaba sobre el mérito, la voluntad individual y la voluntad política, pero desafortunadamente, ahora hemos pasado de un sistema de comportamiento centrado sobre la responsabilidad, a un sistema fundado y centrado sobre la victimización. Seguido escuchamos “ya no hay valores”. Si se pierde el civismo, se pierde la República.El problema que tenemos es que la convivencia es siempre un equilibrio y lo podemos perder por las pasiones políticas. Para que la palabra sea útil, debemos poner adentro razones, para que el ruido se transforme en argumento, para que todos los hombres de buena fe -esto es una condición esencial- puedan convencerse unos a otros. La democracia es esencialmente discusión, no es sólo la ley de la mayoría como lo entendemos muchos.Luego del capítulo de la Democracia, viene inmediatamente lo que causó su derrota, la Demagogia, el monstruo que está adentro de cada democracia. Hubo una época en que los maestros, eran los que defendían la República. Todo mundo sentía que era un honor casar a su hija con el maestro del pueblo.Hoy al maestro, nadie lo respeta, ni él mismo, ¿qué es lo que falló? De ahí viene la forma de nuestra educación, la laicidad, ¿de dónde salió que somos una escuela laica? No se trata de decir: “abajo los curas”, no es eso. La apuesta de la laicidad es hacia el saber libre, el conocimiento libre; ya no hay respuestas mitológicas, divinas.Ahora el fundamentalismo está creciendo y se apodera de la sociedad. Hoy los hombres somos más dados a no respetar; somos más dados a la mentira, al conformismo social.Luego trata los temas de la burguesía, la rebeldía, la violencia social y la pena de muerte. Y después de tratar el tema del poder y de los medios -a los que invita a que sean antipoder- cierra su libro con el tema: ¿cómo surge y cómo se destruye una civilización?Ikram Antaki sostiene que el ciudadano contemporáneo debe ser consciente de que tiene que cuidar todo para desarrollar el civismo y conservar la República, porque no podemos dejar el lugar a los bárbaros. Sin duda este esfuerzo de los jóvenes estudiantes de Jurisprudencia en el debate y en la argumentación los proveerá de armas para ser mejores ciudadanos.jshv0851@gmail.com







