El próximo primero de enero, su sobrino Isidro López Villarreal asumirá oficialmente el cargo que él ocupó de 1991 a 1993, y como compañero de partido, ex funcionario público y familiar cercano le tiene dos recomendaciones elementales: «respeto al gobernador en turno y distancia, pues no hay que perder de vista que el ayuntamiento no es otra dependencia del gobierno estatal».En entrevista con Infonor, el político y empresario que el 26 de julio cumplirá 71 años de edad, hizo un recuento de su gobierno y repasó la relación de alcalde que tuvo con el gobernador Eliseo Mendoza Berrueto.»Era una época muy diferente a la actual, me tocó ser el cuarto presidente municipal (de oposición) en una capital en todo el país. El primer gobernador llegó en esa época. Días después de que entré a la presidencia, Rufo toma posesión en Baja California y el Congreso estaba con muy pocos legisladores de oposición. Prácticamente era un régimen dominado por el PRI», señaló.Para colmo, añadió, «con un presidente muy fuerte, Carlos Salinas de Gortari, al cual el gobernador Eliseo Mendoza Berrueto le tenía más que respeto, no se si será la palabra, porque así era la forma de gobernar de Carlos Salinas».Como ahora, su triunfo electoral en la capital del estado fue sorpresivo para muchos, pero al ser también inevitable, irreversible, empezaron las presiones y la confrontación.»La relación (con el gobierno del estado) fue muy difícil, no esperaban que ganáramos en Saltillo. El PAN prácticamente no existía, cuando entré al PAN en mayo de 1990, eran 24 militantes registrados en el padrón, era todo, había algunos fuera, pero seguían siendo panistas como Lorenzo Burciaga que se había peleado con el dirigente del PAN, José Manuel Garza Ortiz de Montellanos, pero el PAN era muy pequeño».A la distancia, tras 20 años de haber dejado el gobierno municipal, el panista admite que para bien de Saltillo y de su administración, le habría gustado llevar otro tipo de relación con el gobernador.»Fue una época en que hubo diferencias prácticamente a diario, fue una época de muchas diferencias, enfrentamientos, es una lástima que haya sido así, pero estaba rompiéndose en ese tiempo la hegemonía del PRI, entonces era un hostigamiento diario, me tomaron la presidencia varias veces, sobre todo (Francisco) Navarro Montenegro, que Dios lo tenga en paz, coordinado con gente de la Procuraduría del estado, con Raúl Garza Serna, eso me lo platicaron después personas ligadas a ellos.»Nos tomaron la presidencia, una vez me golpearon, al tratar de salir de la presidencia, querían secuestrarnos, ponerle cadenas. Eran enfrentamientos de ese tipo, violentos; también con Jorge Vargas, líder del Partido Comunista, muy ligado a la Procuraduría del estado», señaló.Pero admitir que le hubiera gustado llevar una relación cordial no necesariamente es signo de arrepentimiento.»No se podía aceptar que la presidencia municipal no fuera prácticamente un empleado del gobierno del estado, no era aceptable. Recuerdo una ocasión en que me llamó el secretario de Eliseo para decirme que el gobernador me invitaba a la inauguración del centro de convenciones Candilejas, le dije que no iba porque me daba muy mala espina quien lo estaba haciendo. Me advirtieron que me lo estaba pidiendo el gobernador, pero les dije que no iba, el municipio es libre», indicó.Lo reconozco, dijo, «a veces también se me pasó la mano, fui más peleonero de lo que debí haber sido, pero era la época. Como por ahí dicen: culpas son del tiempo, no de España y eso pasó, pero fue muy difícil la relación».Por ejemplo, en lo que más batalló su gobierno fue en la entrega de participaciones y en superar las barreras del Congreso Estatal para fijar las tasas y requisitos del Impuesto Predial. Cobrar esa obligación fuera de protocolo lo llevó a enfrentar un conflicto legal.»En las participaciones nunca nos querían decir cuánto nos tocaba, fui a dar con el Tesorero de la Federación y todo nervioso me decía: es que no le puedo entregar a usted. Yo le decía: si las participaciones son del municipio, ¿por qué no me las puede entregar? Total, quitan al tesorero estatal, a Chuy López, entra Miguel Arizpe, me acuerdo que me dice Miguel: te estaban dando menos, ahora te vamos a dar lo que te corresponde».Villarreal Dávila consideró que su gobierno y especialmente su estilo de llevar la administración municipal, contribuyó a transformar la manera en que el PRI y su sistema se enfrentaban a la oposición.»No había transparencia y pedir los datos en aquel tiempo era pecado. Ha cambiado tanto el país, ahora se puede pedir y se publica lo que da un gobierno, lo que le toca a un estado, a un municipio.»El presupuesto de Saltillo era bien chiquito, 100 millones al año, ahora son mil 700. La ciudad creció dos veces, éramos 350 mil habitantes, ahora 700 mil; se duplicó la población, pero el presupuesto creció 17 veces porque se cambiaron las fórmulas de participación», explicó.-Veinte años después de su gobierno, ¿qué tan diferente debería ser la relación del próximo alcalde panista con el gobernador?»Ha habido un avance muy grande en el país, el PAN tiene una posición muy fuerte, ya hubo presidentes de la república del PAN durante 12 años. En aquel tiempo era un sueño pensar que íbamos a llegar a eso, entonces yo creo que ahora la relación va a ser mucho mejor para Isidro».-Además de ser panista y ex presidente municipal, también es familiar del próximo alcalde, ¿qué le recomienda especialmente?»El respeto al gobernador, como gobernador que es. Tiene que tomar la posición que le corresponde, que la gente lo escogió para estar al frente de un ayuntamiento libre y le recomiendo una posición de respeto, pero también de separación, es un poder diferente, no es una dependencia del gobierno del estado. Estamos en Coahuila y hay que respetar y trabajar con el gobernador y esperamos que el gobernador respete la autonomía del municipio libre».-¿Qué hacer ante dificultades con el gobierno del estado?»Siempre informárselo a la ciudadanía, que la gente sepa lo que está pasando y consultarlo con su cabildo para saber cómo debe actuar, pero invariablemente que la ciudadanía lo sepa».Rosendo Villarreal dejó claro que no será protagonista del gobierno de su sobrino, pero también que estará siempre dispuesto para actuar cuando surjan dudas.»Siempre podrá tener alguna duda administrativa, política y yo estaré a sus órdenes cuando él me llame, nunca iré cuando no me llame», puntualizó.







