Aprueba el Cabildo la reducción que estará vigente hasta que los concesionarios cumplan con los compromisos para la modernización
De forma unánime, el Cabildo de Saltillo aprobó la reducción de los precios que los ciudadanos pagan por el servicio de transporte público, con lo cual la tarifa de efectivo bajará de 8 a 7 pesos; la general con tarjeta de prepago, de 6.50 a 6 y la preferencial para estudiantes y ancianos con tarjeta de prepago, de 5 a 4.50 pesos.
Las nuevas tarifas estarán vigentes desde el martes y permanecerán hasta que los concesionarios cumplan los acuerdos que tomaron con el ayuntamiento y el gobierno estatal hace un año, respecto a la modernización del sistema de transporte.
«Esos compromisos sin restricción alguna se tenían que cumplir para beneficio de los saltillenses y hemos observado que no obstante a que el ayuntamiento ha prestado lo necesario para el cumplimiento, los concesionarios no han cumplido suficientemente los acuerdos», consideró el alcalde Jericó Abramo Masso.
Durante la junta de cabildo que se desarrolló este domingo, donde destacó que se trata del primer acuerdo en Saltillo para reducir el costo del transporte público a los usuarios, el presidente municipal mencionó algunos aspectos incumplidos por los transportistas:
«Unidades en malas condiciones, choferes sin capacitación, trato inadecuado para los usuarios, mal funcionamiento del prepago, accidentes continuos que han costado vidas e incumplimiento de los concesionarios».
Además, hay «fallas permanentes en el sistema de prepago; falta de constitución de la empresa transportista, pues solo el 85 por ciento de los concesionarios está constituido en una empresa; falta de contratación colectiva del seguro de viajero, hay en algunos casos seguro individual».
Tampoco hay transparencia en el fideicomiso de transporte y «falta mantenimiento en muchas unidades; no han retirado de circulación unidades que no cumplen con el sistema de imagen; no cumplen con prestaciones sociales a los choferes».
El alcalde exigió el «cumplimiento inmediato» de estos compromisos, además de la adquisición de al menos 100 camiones nuevos, 25 de ellos equipados con sistema de aire acondicionado, para prestar el servicio en las rutas troncales.
Aclaró que para adquirir las unidades existe un convenio de compra-venta entre los concesionarios y la empresa International, quien se comprometió a entregar los vehículos entre mayo y junio próximos.
«Si los vehículos no llegan habrá un incumplimiento en los acuerdos y las concesiones se van a retirar», advirtió.
Los transportistas también deberán resolver de inmediato la homologación de la imagen de los camiones que prestan el servicio y permitir al gobierno municipal revisar el fideicomiso que va a administrar el sistema de transporte Saltibús.
Dijo que con la reducción de las tarifas al costo que tenían en diciembre de 2009, «la autoridad municipal deja claro que lo más importante son los usuarios y si estos no reciben el servicio que los concesionarios prometieron, el cabildo no tiene porqué mantener esas tarifas».
Además, «el Saltibús no solamente es un sistema de cobro, es también capacitación de los trabajadores, pago de impuestos y nuevas unidades. Lo que estamos haciendo es la respuesta a los ciudadanos que no han sentido el verdadero cambio en el sistema de transporte».
El alcalde también pidió a los concesionarios transparentar el origen del combustible para sus unidades.
«Muchos concesionarios no logran comprobar fiscalmente la compra del diesel; esos que no pagan diesel legal, no se de dónde saquen su diesel», anotó.
La reducción de las tarifas se aplicará desde el martes y este lunes, un grupo de bomberos y policías locales serán capacitados para supervisar durante las siguientes semanas el funcionamiento del sistema de transporte.
Abramo aseguró que se convertirán «en vigilantes urbanos para evitar gandallismo de los transportistas. Vamos a llenar las 43 rutas de empleados municipales».
Regidores panistas, como Deyanira Samperio Flores y Jesús Dávila, propusieron al alcalde retirar las concesiones de los incumplidos a fin de «poner un alto y un ejemplo fuerte» a los transportistas.
«No podemos seguirlos asustando con el lobo, porque cuando llegue el lobo se van a reír de él. Para meterlos realmente en cintura hay que quitarles concesión, no solamente bajar las tarifas», consideró Dávila.







