Hola
soy Francisco Tobias, en esta ocasión te platico sobre un saltillense que puso
en jaque a la diplomacia mexicana. Me refiero a Adrián Rodríguez.
Corría
el mes de septiembre de 1945, ya había concluido la Segunda Guerra Mundial, un día
por la mañana apareció un carro del tren en Saltillo con la frase “Muera
Truman” este furgón cruzaría a los Estados Unidos, cuyo gobierno al ver el
mensaje dedicado para su presidente, solicitó una disculpa diplomática por
parte del gobierno mexicano, lo que fue una protesta por el uso de la bomba
atómica, para ellos fue un agravio nacional, el gobierno mexicano tuvo que
pedir disculpas por la acción de este saltillense.
Adrian
Rodríguez García, economista non de profesión y anarquista por pasión, piso la
cárcel por tal razón.
Un
personaje que se auto proclamo Presidente Vitalicio de la nación, en ocasiones
desde su toma de protesta don Adrian uso frac y su banda presidencial, fundador
del partido adrianista, así también como del frente de ciudadanos no votantes,
y por supuesto de la  Universidad
Universo.
Don
Adrián también llegó a proclamarse como el diputado de todos los distritos de
Coahuila, además fue el fundador del Banco Universal, cuya única premisa era,
que a quien le sobrara dinero lo tirara y a quien le faltara lo recogiera.
Heredero
de una pequeña fortuna, que se acabó decretando “alimentos gratis para todos”,
tal y como lo hizo frente al hotel Rodríguez, propiedad de su madre. Al gritar
“Que todo el que pase coma lo que quiera hasta hartarse. Yo pago”.
Don
Adrián tenía una visión futurista y ejemplo de ello es la fundación de la
Ciudad Lux, que hoy se puede presumir como la zona metropolitana de Saltillo,
Ramos Arizpe y Arteaga.
Cuando
se le preguntó por la ubicación de la Universidad Universo, su repuesta fue
rápida y objetiva al señalar “La
Universidad Universo no tiene sede, nos rodea; existe a tu alrededor, está en
todas partes y todos forman parte de ella. Mira hacia arriba y ahí estará. No
la puede borrar nadie, existe de hecho…”
Un
hombre, filósofo, tachado de loco, pero con profundo conocimiento de las
injusticias de la sociedad, a su menera, Adrián fue un saltillense que quiso
resolver la desigualdad.
Don
Adrián murió en el mismo lugar donde libró sus más grandes batallas, la Plaza
de Armas, el 15 de enero de 1984, dejo vacante la Presidencia Vitalicia de la
República Mexicana, para que nadie más la ocupara.
Aviso
de Ocasión.
Por
58 pesos vendo un pedacito de tierra que tengo, en el paraje conocido como La
Cañada. Mi propiedad colinda al norte con tierras de Juan Ynocente Pérez.
Búsqueme, por favor.
Atentamente
Lorenzo
Suárez
Gracias
por acompañarme soy tu amigo Francisco Tobias.