Entre todas las banderas y pancartas que portaban los fieles
en la plaza de San Pedro, una sobresalía por encima de todas, con la leyenda:
«La mano de Dios».
Es una expresión tradicionalmente reservada a Diego Maradona
y su gol contra Inglaterra en el Mundial de 1986, que quizá ahora el futbolista
tenga que compartir con el nuevo papa Francisco por su origen argentino.
«Es por Diego (Maradona) y esperemos que sea por la
Iglesia», dijo Gonzalo Torreiro, un argentino de 33 años que llevaba la
pancarta, con letras celestes bordadas a mano sobre una sábana, junto a su esposa.
«El nuevo papa es una persona cotidiana, original y espontánea, con los
mismos gestos que tenía en la Argentina».
Latinoamericanos de todos los países de la región
respondieron el domingo al primer Angelus del papa con una presencia masiva.
Muchos eran argentinos, pero también había mexicanos, peruanos, chilenos,
dominicanos y salvadoreños, entre otros.
«Cómo es latinoamericano, nos sentimos muy
identificados con él (Francisco)», explicó María Luz Tena, peruana de 41
años. «Tiene otra mentalidad y motiva».
«Latinoamérica siempre ha sido católica, creyente y
practicante», agregó en referencia a que se trata del continente con más
católicos del mundo: 500 millones según la Santa Sede.
Walter Fiorentino, porteño de 48 años, confesó que nunca se
le habría ocurrido acudir al rezo del Angelus, pero que al estar de vacaciones
y tratarse del primer papa argentino no se lo pensó dos veces.
«Para nosotros los argentinos es una alegría, esperemos
disfrutarlo, no cómo otros personajes», aseguró. «El papa no es para
confrontar».
«El papa podría cambiar muchas cosas en la Argentina.
Cambiar la economía, mejorar el trato entre los argentinos», deseó Edgardo
Chapur, de 42 años, natural de la provincia norteña del Chaco.
La hermana de la Caridad María del Rosario Castro, de 52
años, conoció Francisco como cardenal Jorge Bergoglio en Buenos Aires y se
acercó al Angelus con una enorme bandera argentina para hacerle llegar su
aliento.
«Francisco es una esperanza, porque la Iglesia sufre
una crisis de falta de esperanza», aseguró. «Me dicen que en Buenos
Aires se agotaron las estampas de San Francisco».
«Hay un cambio de espíritu», agregó.
Sacerdotes y seminaristas del Colegio de México en Roma
también festejaron el primer Angelus del nuevo pontífice con música de
mariachi.
«Pienso que desde el principio es como que este papa
está llegando a los corazones de las personas», consideró José Luis
Hernández, de 31 años, oriundo de México.
Fuente: Yahoo