Distraídos por los temas papales y del Vaticano, la atención
sobre el llamado “casinoGate” ha bajado en los medios nacionales y muy pocos
opinadores y políticos han recordado que el Congreso de la Unión creó una
comisión especial de seguimiento a los permisos para casas de juego otorgados
durante los sexenios de Vicente Fox  y
Felipe Calderón.
Incluso, el pasado jueves, durante la reunión del gabinete
de seguridad en Nuevo León, pocos, muy pocos, preguntaron al secretario de
Gobernación Miguel Osorio Chong, qué ha pasado con el compromiso de dar a
conocer la situación real de los casinos en México y con las líneas generales
con que iba a modificarse la Ley Federal de Juegos y Sorteos, a pesar de que en
Monterrey ocurrió la primera gran tragedia en el casino Royale, y donde
políticos están sacando raja política a este asunto.
Cuestión de revisar los medios locales de Nuevo León para
conocer que el PAN quiere limpiarse la cara en el asunto de los casinos
ilegales, como ocurre en Monterrey, donde la alcaldesa ha ordenado el cierre de
casinos a diestra y siniestra, pero cuidando a los de sus amigos los Rojas
Cardona, como acusa la CROC.  La
presidenta municipal Margarita Arellanes, ex delegada federal de Sedesol y
gente de Josefina Vázquez Mota, luego de protagonizar videoescándalos en
discoteques, usa el tema de los casinos para distraer esos asuntos, que además
le han dado proyección nacional y se perfila para ser la candidata natural del
PAN en el 2015.  Esta situación está
siendo imitada por otros alcaldes, como el de Escobedo, de Apocada, de
Guadalupe y de San Pedro. Claro, todos quieren sorprender a la organización
“Alcalde, ¿Cómo vamos?”, cerrando negocios legales e ilegales pero sin ir a la
raíz del problema.
Hace unas semanas, esta misma columna estableció que en
Chiapas, el gobernador Manuel Velasco Coello, para tapar sus frivolidades y
falta de seriedad política para gobernar, también optó por “enfrentar a los
casinos” como si se tratara una película donde hay malos y buenos, y claro, él
como el héroe. No vamos tan lejos, porque en Coyoacán, el delegado Mauricio
Toledo, luego de ser pillado extorsionando a constructores, quiso también
limpiarse la cola de corrupto con los casinos y le aventó todo al “Zar de los
casinos”, el villano favorito.
En Coahuila sucede algo similar, aunque las causas son
diferentes. A los escándalos de los hermanos Moreira, crearon leyes y
reglamentos anticasinos para prohibir radicalmente sus operaciones porque
afectaban la inseguridad. Sin embargo, un día sí y otro también, los muertos,
amenazas, extorsiones y motines en los penales, siguen igual o peor.
Un caso particular, y que forma parte de este sector, está
latente en los hipódromos y galgódromos. En particular el principal, de las
Américas, donde los usuarios del mismo están a punto de estallar un conflicto
que podría reventarle en sus manos a la Dirección General de Juegos y Sorteos
si no pone orden y revisa el título de concesión de dicho espacio, que por
cierto, pertenece oficialmente a la Sedena.
Mientras la autoridad federal ni la comisión especial del
Congreso de la Unión, den a conocer los avances en las investigaciones sobre
permisos y actuaciones ilegales que tengan en este importante sector del
entretenimiento, que tienen sus lados oscuros y otros positivos, los
gobernantes y políticos seguirán usando el tema con un claro fin
político-electoral sin importar que sus actos generen desempleo, por un lado, y
fomenten de algún modo, el juego ilegal y clandestino.
Un poco de historia:
A fines de 1996 y durante el primer trimestre de 1997, el
primer intento por reformar el artículo 73 Constitucional, fracción décima, la
propuso el entonces diputado del PAN Max Tejeda, secretario de la Comisión de
Turismo de la Cámara de Diputados, y apoyada por la entonces Secretaria de
Turismo, Silvia Hernández Martínez, de quien se tenía conocimiento estaba
asesorado por asociación de casinos de las tribus indígenas de los Estados
Unidos y Canadá.
En marzo de 1999, entraron más cabilderos para promover las
reformas: legisladores del PRI y del PAN, fueron cabildeados por el
estadounidense Bradford Smith, promotor del modelo Atlantic City. La propia
Silvia Hernández, desarrolló una investigación y una propuesta de reforma a la
Ley Federal de Juegos y Sorteos, la cual fue guardada por el entonces
presidente Ernesto Zedillo Ponce de León.
El tema generó polémica y el proceso electoral de 2000 hizo
que las iniciativas fueron detenidas en el Congreso de la Unión.
Una vez que se dio la alternancia en la Presidencia de la
República,  durante el gobierno de
Vicente Fox, las propuestas de reforma a la Ley Federal de Juegos con Apuestas,
Sorteos y Casinos, se volvieron a presentar para ser consideradas por el nuevo
gobierno. Destacaron entonces tres propuestas:
Una, del diputado federal Isaías González Cuevas de la
fracción Parlamentaria del PRI, que no se distanciaba en lo fundamental de la
primera iniciativa de 1996 para hacer centros integradores de juegos, como en
los propios hoteles, tal cual impulsaron empresas estadounidenses.
Segunda, de los diputados federales del PAN, Tomás Coronado
Olmos y Eduardo Rivera Pérez, la cual contemplaba acciones para prevenir el
lavado de dinero y medidas restrictivas para su funcionamiento, además de no
llamar propiamente “casinos” sino “establecimientos”. La propuesta estaba
apegada a un modelo europeo
Y tercera, del diputado federal del PRI, Francisco Javier
Bravo Carbajal, era una iniciativa muy sencilla, que sólo legalizaba a las
casas de juegos ya operando en México.
Ninguna de las tres iniciativas fueron aprobadas y apenas
fueron discutidas en comisiones.  En su
lugar, el gobierno del presidente Vicente Fox, a través de la Secretaría de
Gobernación,  el 13 de septiembre de  2004 publicaron, por decreto, el Reglamento a
la Ley de Juegos con Apuestas y Sorteos que abrió la posibilidad de que
entraran nuevos apostadores a la industria del juego y además, desde sus
entrañas, la corrupción de los funcionaros de la Dirección General de Juegos y
Sorteos, y la ambición política de Creel Miranda, generó el caos en que se
encuentra ahora.
Alexia Barrios G.

alexiabarriossendero@gmail.com