A unas cuantas calles de donde vivo existe un taller de autos
clásicos. Cada mañana que paso rumbo a otro día de oficina no puedo evitar
voltear a ese taller. A decir verdad no hay muchos carros, de hecho solo un par.
El detalle de este lugar es que vive un pequeño amiguito, un perro gran danés
que parece poni en vez de perro. Creo que lo tienen ahí para cuidar, pero lo
que hace este amiguito es que cada mañana detrás de las rejas con las personas
que esperan su medio de transporte para vivir otro día más, es hacerles
compañía, menea la cola y trata de jugar con ellos. Es un amigo que durante un
minuto hace que las personas se olviden de lo ajetreado que será el día y de lo
egoístas que solemos ser algunas veces, para dedicar un minuto de su tiempo
para ser feliz en lo personal y hacer feliz a este a este pequeño ser que su
única misión es hacer sonreír.
Los investigadores han demostrado que para tener un corazón
saludable uno de los grandes beneficios a largo del tiempo es tener una
mascota.  Según un estudio que hicieron
de 20 años, las personas que nunca fueron dueñas de una mascota por ejemplo un
gato, tuvieron probabilidad de 40% mayor de fallecer por un infarto y, aquellos
que tuvieron un perro tenían un menor riesgo de morir de una enfermedad
cardiaca.
En lo personal tengo dos gatas adoptadas, una perra igual adoptada
y mi mejor amigo pompo que lo adopte hace casi ocho años, de los cuales puedo
decir que me brindan mucha felicidad y compañía, el estrés de un día muy
ocupado se esfuma cuando llego y ellos me esperaban detrás de la puerta hora
antes para recibirme.
Creo que ciertas veces no es necesariamente obligatorio encontrar
la amistad en personas, creo que aunque sea por un minuto también en algún otro
ser como un perro o gato.
Marcela Cinta
Twitter: @marcelacinta