La Cruzada Nacional Contra el Hambre, la estrategia del
gobierno federal anunciada en enero pasado para combatir la pobreza extrema,
inició este sábado en el estado de Chihuahua con la firma del primer Acuerdo
Integral para el Desarrollo Social Incluyente, que permitirá instrumentar el programa
a nivel local.
El documento fue suscrito en el municipio de Guadalupe y
Calvo —ubicado en la Sierra Tarahumara— por la secretaria de Desarrollo Social,
Rosario Robles, el gobernador del estado César Duarte y otros funcionarios
locales.
La región es una de las más marginadas del país. En enero de
2012, varios municipios de la zona padecieron una crisis alimentaria calificada
por el gobierno federal como una “emergencia humanitaria”, derivada de meses de
sequía y bajas temperaturas.
En Guadalupe y Calvo, el 90% de sus habitantes vive en
condiciones de pobreza extrema, según cifras de 2010 del Consejo Nacional de
Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Aunque la situación
de pobreza en la Sierra Tarahumara no es la más grave en el país, la región
concentra el mayor porcentaje de pobres por municipio, según la depenencia.
La Cruzada en Chihuahua beneficiará inicialmente a 127,000
personas en cinco municipios, y posteriormente alcanzará a las 167,000 personas
en pobreza extrema y carencia alimentaria en el estado, dijo Rosario Robles.
El acuerdo es el primero de los 32 que se firmarán en todo
el país —uno por cada entidad federativa— para asistir a 7.4 millones de
habitantes en condiciones de pobreza extrema y carencia alimentaria, informó la
Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) en un comunicado.
Además de la dotación de alimentos, en la Cruzada “se
transformará el entorno de millones de familias” con acciones en salud,
educación, vivienda y servicios como agua, drenaje y electricidad, según
Sedesol.
Interrogada sobre la vigilancia al programa, Rosario Robles
dijo que la Cruzada contará con una Contraloría Social de la ciudadanía,
organizada a través de asambleas y comités comunitarios. En tanto, en el
Consejo de la Cruzada participarán “miembros connotados” de organizaciones civiles
y será observado permanente por los legisladores, añadió la responsable de
política social del gobierno federal.
“Hemos hablado con ambas cámaras, con las comisiones de
Desarrollo Social, tanto de Senadores como de Diputado; les hemos abierto las
puertas para que nos observen”, dijo Robles.
La Cruzada Nacional Contra el Hambre fue anunciada por
Enrique Peña Nieto a mediados de enero pasado en Chiapas, ante miles de
indígenas que padecen pobreza alimentaria. “Esta es una gran cruzada que
convoca a todos los mexicanos para hacerle frente a esta lacerante realidad,
por encima de las diferencias ideológicas”, dijo Peña en esa ocasión
Días después de la presentación, Peña Nieto pidió la
participación de la sociedad civil para evitar que la Cruzada repita el modelo
“asistencialista del pasado”, al cual atribuyó la postergación del problema del
hambre. Organizaciones como Sólo por ayudar, Un Kilo de Ayuda y Cero Hambre
respaldaron la iniciativa.
El modelo de la Cruzada, basado en la creación de comités
comunitarios de vigilancia, presenta el riesgo de propiciar el clientelismo,
según analistas.
“Es mucho mejor que en los programas sociales la comunidad
esté organizada y participe activamente (…) pero estos comités no deben usarse
como mecanismos de control político y de aseguramiento del voto”, dijo Julio
Boltvinik, investigador del Colegio de México (Colmex).
El programa ha sido comparado con iniciativas similares
contra la pobreza de administraciones previas, principalmente el programa
Solidaridad, impulsado en el gobierno del expresidente Carlos Salinas de
Gortari.
Fuente: CNN