Los grupos de autodefensa de Guerrero
llamaron poderosamente la atención nacional e incluso, internacional, aunque
este fenómeno no es nuevo, pues ya existían desde la década de los 90 del siglo
pasado en la Costa Chica y La Montaña como “policías rurales”. Sin embargo, el
fenómeno fue registrado en este 2013, por algunas comunidades como una fórmula
de “hacerse justicia” por su propia mano y para armarse ante el vacío de
autoridad, creando brigadas “paramilitares”.
llamaron poderosamente la atención nacional e incluso, internacional, aunque
este fenómeno no es nuevo, pues ya existían desde la década de los 90 del siglo
pasado en la Costa Chica y La Montaña como “policías rurales”. Sin embargo, el
fenómeno fue registrado en este 2013, por algunas comunidades como una fórmula
de “hacerse justicia” por su propia mano y para armarse ante el vacío de
autoridad, creando brigadas “paramilitares”.
Tan solo el fin de semana, se registraron
en Campeche y en Tabasco dos fenómenos parecidos. En éste último estado, en la
región de La Chontalpa, un “grupo” autollamado “Pueblos Unidos” (PUC), ejecutó
y decapitó a dos presuntos “zetas”, a los que dejaron un mensaje de advertencia
de que eso les iba a pasar a todos aquellos que extorsionaran, secuestraran o
se prestaran a servir a los “zetas”.
en Campeche y en Tabasco dos fenómenos parecidos. En éste último estado, en la
región de La Chontalpa, un “grupo” autollamado “Pueblos Unidos” (PUC), ejecutó
y decapitó a dos presuntos “zetas”, a los que dejaron un mensaje de advertencia
de que eso les iba a pasar a todos aquellos que extorsionaran, secuestraran o
se prestaran a servir a los “zetas”.
Foto: Tabasco Hoy
Este fenómeno no es nuevo. En febrero de
2009, el entonces edil de San Pedro Garza García, Mauricio Fernández, acaparó
la atención de los medios nacionales cuando informaba que había sido ejecutado
Héctor Saldaña “El Negro”, presunto jefe del cártel de los Beltrán Leyva en
Monterrey, horas antes de que su cuerpo fuera hallado en el DF. Las opiniones y
trascendidos hablan de que este hecho pudiera tratarse de una avanzada de un
ejercicio de paramilitarismo impulsada por poderosos grupos económicos del
norte del país, que según el alcalde serían “grupos de limpieza”.
2009, el entonces edil de San Pedro Garza García, Mauricio Fernández, acaparó
la atención de los medios nacionales cuando informaba que había sido ejecutado
Héctor Saldaña “El Negro”, presunto jefe del cártel de los Beltrán Leyva en
Monterrey, horas antes de que su cuerpo fuera hallado en el DF. Las opiniones y
trascendidos hablan de que este hecho pudiera tratarse de una avanzada de un
ejercicio de paramilitarismo impulsada por poderosos grupos económicos del
norte del país, que según el alcalde serían “grupos de limpieza”.
La especulación en ese entonces tampoco
era novedosa, pues meses antes también se conoció de la presencia de un
supuesto “Comando Ciudadano por Juárez”, en Chihuahua, supuestamente financiado
por empresarios de esa entidad para acabar con la intimidación y ola de violencia
provocada por los cárteles de la droga.
era novedosa, pues meses antes también se conoció de la presencia de un
supuesto “Comando Ciudadano por Juárez”, en Chihuahua, supuestamente financiado
por empresarios de esa entidad para acabar con la intimidación y ola de violencia
provocada por los cárteles de la droga.
En Jalisco, empresarios locales formaron grupos
paramilitares antisecuestro que, paradójicamente, con el paso del tiempo habían
derivado en nuevos y más sofisticados criminales. Ahí mismo, en esta entidad,
nació un mítico grupo paramilitar, llamado “Matazetas”, el cual irrumpió en
Veracruz en el 2011, asesinando a 35 probables delincuentes. Años antes, por
2007, otra organización llamada “Gente Nueva” también apareció y se esfumó
misteriosamente con el mismo fin.
paramilitares antisecuestro que, paradójicamente, con el paso del tiempo habían
derivado en nuevos y más sofisticados criminales. Ahí mismo, en esta entidad,
nació un mítico grupo paramilitar, llamado “Matazetas”, el cual irrumpió en
Veracruz en el 2011, asesinando a 35 probables delincuentes. Años antes, por
2007, otra organización llamada “Gente Nueva” también apareció y se esfumó
misteriosamente con el mismo fin.
En Sinaloa, en 2009, se registró un
inusitado número de homicidios en contra de presuntos ladrones de carros, por
lo que diversas organizaciones no gubernamentales que operan en el país, al
igual que la CEDH aseguraban que las autoridades deben investigar a fondo
dichas ejecuciones, presuntamente realizadas por “comandos de la muerte”.
inusitado número de homicidios en contra de presuntos ladrones de carros, por
lo que diversas organizaciones no gubernamentales que operan en el país, al
igual que la CEDH aseguraban que las autoridades deben investigar a fondo
dichas ejecuciones, presuntamente realizadas por “comandos de la muerte”.
Desde el conflicto armado en Chiapas,
entre 1994 y 1998, en México la presencia de grupos paramilitares no había
alarmado tanto a la opinión pública y a la población.
entre 1994 y 1998, en México la presencia de grupos paramilitares no había
alarmado tanto a la opinión pública y a la población.
La justicia por mano propia ante la
debilidad de las instituciones para garantizar la seguridad es una consigna que
no conviene a nadie, que no debe permitirse y que más vale detenerla de
inmediato.
debilidad de las instituciones para garantizar la seguridad es una consigna que
no conviene a nadie, que no debe permitirse y que más vale detenerla de
inmediato.
A diferencia de episodios anteriores, en
que los grupos paramilitares estaban circunscritos a acciones
contrainsurgentes, en esta ocasión es el crimen organizado la fuente de origen.
Lo grave es que la delincuencia sabe responder, está mejor equipada y, hasta
ahora, mantiene infiltrada a la mayoría de los cuerpos policíacos.
que los grupos paramilitares estaban circunscritos a acciones
contrainsurgentes, en esta ocasión es el crimen organizado la fuente de origen.
Lo grave es que la delincuencia sabe responder, está mejor equipada y, hasta
ahora, mantiene infiltrada a la mayoría de los cuerpos policíacos.
Por ello, más allá de alegrarnos que se
generalice este fenómeno, deberíamos estar más que preocupados, pues las
experiencias de Colombia, Perú y Brasil, han confirmado una y mil veces, que
quien pierde más es el pueblo común y corriente.
generalice este fenómeno, deberíamos estar más que preocupados, pues las
experiencias de Colombia, Perú y Brasil, han confirmado una y mil veces, que
quien pierde más es el pueblo común y corriente.
Alexia Barrios G.








