La baja autoestima puede provocar
que una mujer acepte una relación injusta o dispareja
Aunque algunas mujeres no se
consideran adictas a su pareja , su comportamiento indica que sí lo son.
Reconocerlo es el primer paso para superar esa atadura
Raquel se siente decepcionada.
Después de casi 20 años de matrimonio, todavía no ocurre el milagro: que
Carlos, su esposo, cambie su indiferencia y su insatisfacción crónica por una
actitud más positiva y amorosa.
«Me he dedicado en cuerpo y
alma a tratar de que él sea feliz, pero no importa cuánto yo dé, ceda,
complazca y rescate, Carlos siempre está amargado e infeliz. Durante mucho
tiempo pensé que si yo trataba de complacerlo en todo y de luchar para que las
cosas fueran como él las quería, al fin sería feliz o, por lo menos, viviría
más conforme. Pero nunca cambió. Su actitud negativa ha apagado mi espíritu.
Sin embargo, no puedo imaginarme la vida sin él», confesó Raquel, una
profesional de 46 años.
Mirta, por su parte, está cansada
de los desplantes y el abandono emocional al que la somete Alberto, su esposo.
En 10 años de casados, nunca se ha sentido apoyada y respetada por él. Adicto
al juego y más fiel a sus amigos que a ella, Alberto parece insensible al dolor
de su esposa. Sin embargo, aunque Mirta sabe que él no va a cambiar, y ya ha
renunciado a la relación compenetrada y feliz que siempre soñó tener, no puede
dar el paso al que todos en su familia la impulsan: dejar a Alberto y, quizás
en el futuro, rehacer su vida con un hombre que la valore y la respete.
«He tratado de dejarlo, pero
siempre, por algún motivo, encuentro una razón para quedarme y para darle otra
oportunidad. Es como si no pudiera romper la cadena», admitió esta abogada
de 40 años.
LA OTRA CARA DEL «AMOR»
Lo han intentado todo: terapia
matrimonial, retiros espirituales, consultas individuales o en pareja con psicólogos, conversaciones, tratos, contratos, promesas… y nada funciona. ¿Por
qué siguen en la relación? Aunque ellas jamás usarían la palabra
«adicción» para describir eso que las ata a su pareja, es la que se
aplica en esta dinámica. Imagínate que en vez de hablar de su esposo, lo
hicieran del alcohol o del juego. En todos esos casos, la persona sabe que esa
sustancia o ese comportamiento no son sanos para ella… pero no puede dejarlo.
Igual les ocurre a Mirta y a Raquel. Ellas son infelices, pero el problema se
agrava cuando tomas en cuenta que la adicción a una relación tóxica tiene
efectos nocivos, que incluyen:
BAJA AUTOESTIMA. Nadie puede
aceptar una relación injusta o dispareja, sin minar su amor propio y su
integridad personal.
ANSIEDAD Y/O DEPRESIÓN. La ira
contenida, la frustración y la incapacidad de ser feliz hacen estragos en las
emociones. Algunas personas siempre están tensas, irritadas o tristes,
afectándose no solo ellas, sino a quienes las rodean. Otras incluso corren el
peligro de atentar contra su vida.
ENFERMEDADES FÍSICAS. El estrés
constante puede causar cambios metabólicos (químicos / hormonales) en el
organismo, que bajan las defensas inmunológicas del cuerpo, haciendo a la
persona más susceptible a todo tipo de enfermedades.
Pero aun si estos efectos no
ocurrieran, la realidad es que ninguna persona debe vivir atrapada en una
relación que, lejos de aportarle algo positivo, la deja insatisfecha e infeliz
(debemos aclarar que no estamos hablando de relaciones abusivas, de violencia
doméstica o con personas mentalmente inestables). En esos casos, la persona
afectada debe protegerse a sí misma y a sus seres queridos que puedan ser
vulnerables. Una opción es utilizar los recursos disponibles para ello.
«Yo vivía a medias, como si
estuviera condenada a la indiferencia y a la insensibilidad de mi esposo»,
dice Mirta, quien después de asistir a terapia individual con un psicólogo para
tratar su baja autoestima y su codependencia, logró terminar con Alberto y
comenzar de nuevo.

LA HORA DE LA VERDAD
¿Cómo saber si tienes adicción
por una persona o por una relación tóxica? Responde con total honestidad:
Estás consciente de que tu
relación de pareja no te hace feliz y/o no es buena para ti, pero no puedes dar
los pasos necesarios para ponerle fin.
CIERTO / FALSO
Aunque pueden existir ciertas
consideraciones, como los hijos, la dependencia económica, etc., el precio de
permanecer en la relación es más alto que los beneficios que te aporta. Eres
infeliz, pero no deseas explorar otras opciones.
CIERTO / FALSO
La idea de acabar con esa
relación te aterroriza o te llena de ansiedad. Aunque te hace desdichada, es
todo lo que conoces, es tu zona de confort, no te imaginas sin esa persona, te
asaltan complejos de culpa y crees que él no podrá vivir sin ti.
CIERTO / FALSO
Cuando das los pasos para
terminar la relación, experimentas los mismos síntomas que sufre el adicto que
intenta dejar el alcohol. Esa terrible incomodidad física, emocional y psicológica solo se alivia si restableces el contacto con esa persona, aunque solo
sea escuchando su voz en el teléfono.
CIERTO / FALSO
Si te reconoces en uno o más de
estos escenarios es posible que tengas adicción a una persona o relación. ¿De
dónde surge esta dependencia? Hay tantos motivos como hay personas, pero, por
regla general, la adicción puede responder a algunas de estas creencias:
«El amor debe ser para siempre»; «La vida es nada sin amor»;
«No soy lo suficientemente atractiva. ¿Quién más puede quererme?»;
«Debo seguir intentando salvar esta relación»; «El divorcio es
un fracaso»; «No sabré vivir sin él»; «El no sabrá vivir
sin mí»; «A mi edad no podré empezar de nuevo», etcétera. La causa
específica de la adicción es algo que la persona debe descubrir por sí misma.
Pero como pocas personas atrapadas en esa clase de dilema tienen una visión
20/20 para ver la situación y reconocer sus propias motivaciones, lo más
recomendable es buscar la ayuda de un psicólogo o profesional.
PASOS HACIA LA LIBERACIÓN
En su libro Cómo romper con su
adicción a una persona, Howard Halpern ofrece varias «herramientas»
para superar este problema.
– La primera, y más importante,
es aceptar que lo que sientes por esa persona no es amor, sino adicción.
– Acto seguido, debes convertir
tu recuperación en tu prioridad. Esto, explica Halpern, requiere la honestidad
y la valentía de reconocer tus propios problemas y fallos. En otras palabras:
descubre qué realmente te motiva a permanecer en la relación o incluso a
repetir ese comportamiento con otras parejas (¿Baja autoestima, la creencia de
que no mereces algo mejor?).
– Identifica tus necesidades.
Descubre qué te llena de paz y de serenidad y cultiva eso, en lugar de tratar
de manipular o controlar la manera de comportarse de esa persona. Reconoce tu
patrón. ¿Qué te lleva a caer en este tipo de relaciones? Es importante que
puedas reconocer las «banderas rojas» que te avisan del peligro de
una recaída.
– Busca ayuda profesional, sobre
todo si no eres capaz de dar los pasos necesarios para mejorar tu vida, y los
sentimientos de culpa o el temor a la soledad te paralizan.
Como explica Mary Guindon, Ph.D.
, jefa del Departamento de Consejería y Servicios Humanos de la Universidad
Johns Hopkins, y con más de 20 años de práctica privada: «El amor no nos
reduce, sino que nos aporta cosas positivas». Por lo mismo, «tienes
la obligación y el derecho de amarte primero a ti».
Fuente: Vanidades