«La corrupción no anda en burro”
El poder lo contamina todo, es tóxico. Es posible mantener la pureza de los principios mientras estás alejado del poder. Pero necesitamos llegar al poder para poner en práctica nuestras convicciones. Y ahí la cosa se derrumba, cuando nuestras convicciones se enturbian con la suciedad del poder.
José Saramago
Hace tiempo escuché la historia de un burro que se cayó a un pozo profundo. El animal lloró por horas mientras su dueño, un campesino de escasos recursos, se desesperaba por rescatarlo. Pero no tenía arreos suficientes ni tampoco se los proporcionaron sus vecinos. Finalmente decidió que el pobre burro era viejo y que el pozo estaba seco. No había más alternativa que tapar ese pozo inservible y darle impiadosa sepultura al animal. Con lágrimas invitó a sus vecinos para que lo ayudasen en la tarea macabra. Cada uno alzó una pala y empezó a arrojar tierra dentro del enorme hueco. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lanzó rebuznos que partían el alma. Pero luego de unas cuantas paladas el condenado animal se aquietó, aparentemente resignado a su destino tan horrible. El campesino, pensando que hubiese muerto asfixiado, se acercó para espiar el fondo del abismo. Fue grande su sorpresa al descubrir lo que menos imaginaba. El burro hacía algo increíble tras recibir cada descarga de tierra: sacudía su lomo con fuerza y pisaba por encima. Pronto todos quedaron sorprendidos al ver emerger el burro y salir trotando a campo traviesa.
Esta historia podría aplicarse a México, en especial a su lucha contra la corrupción. Cuando parece que se le va a dar un firme golpe en la nuca y liquidarla para siempre, que caerá en el abismo profundo y será sepultada de una buena vez, logra sacudirse la tierra que cae encima y emerge con entusiasmo alegre y vital.
Felipe Calderón trato (aparentemente) de formar un gobierno que repelía la corrupción, y su chivo expiatorio fueron los sindicalizados de “luz y fuerza de México”, Enrique Peña Nieto, llega a su gobierno tratando de repetir la fórmula, poniendo mano dura contra el Sindicato Nacional de trabajadores de la Educación, provocando con esto; un duelo de fuerzas entre los trabajadores de la educación y el estado. Todo esto; aunque los tiempos, los protagonistas y los oponentes sean diferentes, los resultados van a ser los mismos.
Felipe Calderón le dejo el problema de “luz y fuerza” a Peña Nieto, esté, en su posición actual de presidente de México, ¡tiene que resolverlo! ¿Qué hace? “Conforme a derecho” (casualmente) La suprema corte de justicia, otorga el fallo en contra de los trabajadores del sindicato de electricistas, “Casualmente también” sale una multa en contra de Andrés Manuel López obrador, por exceso en gastos de campaña.
Para no hacer más larga la situación, es que en este país; todos tratamos de criticar las corrupción y de erradicarla… Según sea nuestra conveniencia.
López obrador habla de corrupción ahora que está afectado por ella; pero cuando salió el caso de Rene Bejarano; trató de lavarse las manos.
Peña Nieto, trata de combatir la corrupción; y toma de “Malos” a los profesores del país; sin embargo, combate a sus enemigos con corrupción e influencias que le otorga el poder.
La corrupción, es un círculo vicioso al que todos pertenecemos (sin generalizar), Este país trata de combatir un mal social que lo aprendemos desde la infancia, en la casa, en la calle, en la escuela, etc.
Es un mal que solo individualmente se puede erradicar; pero cabe destacar, que la política tiene su responsabilidad, ya que desde las posiciones de poder, se pueden lograr las políticas para educar a un pueblo, aun así, los políticos creen tener la responsabilidad para combatirla, ¡sin tener la mínima calidad moral para promulgarla! empezando por el presidente.
Así con esto, nos damos cuenta; que como el burro, la corrupción seguirá por un buen tiempo, siendo nuestro talón de Aquiles, como nuestra mejor aliada (según lo que convenga), hasta que un presidente, tome la responsabilidad de empezar desde ceros, en los tantos vicios que tiene este país; pero como buenos mexicanos, hay que echarle toda la culpa a la política, como nos cuenta el siguiente chiste…
Un día un político se muere y va al cielo, san pedro lo recibe en la puerta; y le dice que espere. Mientras; el político se fija que alrededor hay muchos relojes con nombres de países; y ve que las manecillas de unos relojes van más lento que las de otros relojes, entonces le pregunta a un ángel porque las manecillas de unos relojes van más lento que los otros relojes; y el ángel le dice: es por la corrupción; por ejemplo, el reloj de suiza va lento porque hay poca corrupción; y el de Brasil, va rápido porque hay mucha corrupción. El político se da cuenta que no está el reloj de México, entonces dice el político: ¡gracias a mí! ya no hay corrupción en México. El ángel se ríe y dice: ¿el reloj de México? Jajaja ¡Lo usa Dios como ventilador!
Sergio Soto Azúa