Víctor Sancho, corresponsal

WASHINGTON, EU., febrero 22 (EL UNIVERSAL).- La propuesta del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para acabar con las masacres en los centros educativos es armar a los profesores o trabajadores de las escuelas para que puedan responder de forma rápida a una situación de emergencia.
Trump planteó la idea ante un grupo de víctimas de tiroteos en colegios, incluyendo alumnos y padres del más reciente, ocurrido hace justo una semana en Florida, y que ha provocado el resurgimiento del debate sobre el control de armas.
«Si tienes un maestro que es un experto en armas de fuego, podría muy bien acabar con un ataque muy rápidamente, y lo bueno de una sugerencia como esta —y lo vamos a analizar de forma muy fuerte— es que tienes a mucha gente [ya armada y preparada]», expuso el mandatario.
Para Trump, el hecho de que algunos docentes y administrativos de escuelas puedan llevar armas de «forma oculta» y estén bien entrenados para usarlas, con un permiso especial, evitaría que «maníacos» tuvieran tentación de cometer masacres en escuelas y, a su vez, permitiría que los maestros detuvieran sucesos «muy rápidamente», antes incluso de que llegara la policía.
Esa solución, de ser tomada en consideración y aplicarse, obligaría a que las escuelas dejaran de ser lugares «libres de armas». Trump reconoció que una propuesta así es «controversial», mientras algunos de los asistentes al encuentro con el presidente mostraron su desacuerdo.
«Los maestros de escuela tienen suficiente como para tener la enorme responsabilidad de un arma letal que pueda acabar con una vida para prevenir tiroteos», expuso Mark Baden, cuyo hijo Daniel murió en el tiroteo en la escuela primaria de Sandy Hook, en Connecticut, en 2012, cuando sólo tenía 5 años.
Sea como sea, Trump está dispuesto a poner más armas en las escuelas como elemento disuasorio y evitar nuevos tiroteos. Si no es con maestros armados, otra de sus opciones sería incorporar «profesionales», que podrían ser incluso soldados, para la seguridad de esos centros. «Podría resolver el problema», sentenció.
Durante la sesión con víctimas, familiares y educadores que han vivido tiroteos en primera persona, Trump prometió que sería «muy duro» en la revisión de antecedentes penales para aquellos que quieran adquirir un arma y se mostró favorable a analizar un cambio en la normativa sobre la edad mínima para adquirir un rifle en el país.
Actualmente, la ley federal indica que se puede comprar una pistola con 18 años y un rifle con 21; la ley no permite adquirir tabaco o alcohol a menores de 21 años.
«Todavía no puedo entender que yo sería capaz de comprar un rifle», dijo Samuel Zeif, víctima del tiroteo en Florida y uno de los que más imploró «cambios» en la actual legislación para evitar que «armas de guerra», como el rifle AR-15, el usado en las últimas masacres en el país, estén disponibles para todo aquel que quiera adquirirlas.
Trump también prometió centrarse en mejorar el ámbito de la salud mental, terreno que, en su opinión, se ha abandonado al dejar sin suficientes «instituciones mentales» al país para tratar a aquellos que necesitan ser atendidos y así evitar comportamientos criminales.
El martes, el mandatario abrió la puerta a la prohibición de dispositivos que modifiquen los rifles semiautomáticos.

El Universal / AJV 22/02/18