Un residente de Lakewood, una pequeña ciudad en Ohio, se despertó un día con una desagradable sorpresa: alguien había pintado una esvástica en la entrada de su casa.
Pero, lejos de dejarse llevar por el miedo y la tristeza, los residentes hicieron algo increíble: respondieron al odio con un mensaje de amor.
La representante del Estado, Nickie Antonio, tuvo una idea sencilla y efectiva: compró una caja de tizas y reunió a los niños de su barrio para que dibujaran en la vereda.
En su página la representante dijo que «este acto de odio va a servir como un catalizador para que nuestra comunidad se una».
La iniciativa comenzó en la calle Belle Avenue, pero, a través del grupo de Facebook, Lakewood Sidewalk Chalk Love, la comunidad se unió para expandir su mensaje de amor y en menos de un día ya tenían más de mil miembros.
Es fácil dejarse llevar por la desesperanza cuando ves las noticias. Llega un momento en el que terminas pensando que no existe bondad en el mundo, pero siempre está ahí, escondida. Los vecinos de Lakewood son ejemplo de eso, después de una sorpresa desagradable y equipados con unas pocas tizas, lograron hacer que su mensaje de amor fuera mucho más grande que las esvásticas que unos pocos grafitearon en el piso.
En «El libro de los abrazos», Eduardo Galeano escribió que «mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo» y es cierto, a veces es tan sencillo como tomar una tiza de colores.
